martes, 28 de abril de 2015

AA (agorafóbica anónima)

Hola, mi nombre es Marcela, pero me dicen generalmente Marce...
Hola Marce (varias voces, a coro)
... y estoy acá porque soy agorafóbica virtual.
O sea: me da miedo exponerme en la virtualidad.  Por eso dejé este blog, y el anterior... y el anterior a ese lo dejé porque como nadie lo leía, no tenía compromiso del tipo: Me debo a mi público.

No pretendo que recuerden mis últimos conflictos existenciales con ser blogger o no.  Creo que me definí por NO, aunque el motivo real no esté en darme cuenta que no tengo pasta para esto (todavía dudo, de hecho), sino en que un día, por una pavada suprema, preferí huir.
Cerré la persiana, puse todos los candados virtuales que encontré, y me fui a recorrer el mundo real.
No les voy a mentir: en el primer momento me sentí liberada, como si todo el último tiempo, la vida blogger hubiera sido una carga.  La verdad, yo me la hice así, porque soy una especie de Felipe 2.0.  Siempre lo fui.
Después pasé por distintas instancias de amor odio con este mundo y luego, todo volvió a la calma, pero yo decidí que ya estaba bien con la experiencia que había tenido, que mejor irme a dormir temprano que quedarme escribiendo y que ya había cosechado un buen par de amigas por acá, suficiente para mí.

Y así andaba por la vida, cuando conocí Instagram.  Y me enamoré de esa app, porque me dio algo que busqué durante mi experiencia blogueril: resumir en imágenes un mundo.  Como verán, lo mío es la palabra, así que Instagram era un desafío, y lo sigue siendo.  Y mientras me divertía e iba descubriéndolo, me encontré con un montón de bloggers queridas y otras desconocidas para mi, pero que se ve hace tiempo forman una linda comunidad. Y me sentí cómoda.
Dicen que todo vuelve...

Yo volví, sólo por hoy, porque por extraño que parezca, cierro oficialmente esta etapa, dejando el blog abierto. Para el universo, si quieren.  Aunque creo que el universo debe ocuparse de otras cosas un poco más importantes.
Y también abrí Bajate de la Calesita, mi blog anterior.
Porque ahora me hago la súper duper.  Y aparte me doy cuenta de que Flor, tenía razón: no hay nada que esconder acá, si alguien de mi entorno lee esto, qué?  El mundo siguió andando.

Y yo también sigo.
Jugando en Instagram. Jugando mucho.
Dibujando, haciendo sellos, y creando mis Ninots y, con una mano en el corazón, pensando un blog solo para ellos (ya tienen su cuenta Iger).
Podes creer?
Todo vuelve, dicen.

PD: Gracias, mil gracias a cada una de las bloggers que estuvieron cerca, enseñando, acompañando, comentando, pasando recetas y tutoriales, participando de intercambios, ríendose conmigo y disfrutando.
A todas.
Y hoy, especialmente a Flor por su "cachetazo" amable en nuestro último almuerzo (pero la perdoné y la llevé a Divino Budín).